Archivo del Autor: Nuria

Soltar los anclajes de la vieja energía

Vivimos en una indiscutible etapa de transformación, la humanidad debe hacer un cambio de consciencia. Los valores hasta ahora dominantes ya no nos sirven, todo el sistema social está desmoronándose… Empezamos a tener la necesidad de dar un gran salto y soltar todos los anclajes que nos atan a la consciencia hasta ahora dominante. Para ello hay dos temas fundamentales:

1. EL RECONOCIMIENTO DE LA DUALIDAD: La dualidad es uno de los aprendizajes más profundos y más importantes que debemos abordar colectivamente.

En el mundo de la existencia un hecho y su contrario son ciertos. Para el mundo de nuestra percepción mental, que es nuestro medio habitual de interactuar con la realidad y filtrarla, un hecho o su contrario es cierto. Pero los dos a la vez no pueden ser, pues van en contra de toda lógica. Y aquí tenemos un problema ya que si vivimos la realidad a través del filtro de la lógica mental, no podremos percibir la realidad tal cual es.

“El origen de nuestra enfermedad es querer partir y diseccionar la realidad.”

 2. LA LIBERACIÓN DEL MUNDO EMOCIONAL: Por herencia cultural, más que vivir nuestro mundo emocional, lo que hacemos es interpretarlo y juzgarlo. Diferenciar nuestro mundo mental y emocional es para muchos una ardua tarea de autoconocimiento. La confusión de estas dos realidades (mental y emocional), provoca que sin darnos cuenta se produzca una percepción condicionada de mi “yo emocional”.

Las valoraciones de lo que es positivo y negativo con las que hemos sido educados, crean lo que se llaman una coraza psicológica que filtra y reprime lo considerado erróneo. Así dejamos de percibir como propias esas emociones “negativas”.

Vivir las emociones, dejarlas que fluyan, nos lleva a una nueva experiencia de nuestro Ser. La energía vital destinada a vivir la dualidad represor-reprimido, queda libre para poder conectar con la fuente de la creatividad.

“La enfermedad no es producto de una emoción (negativa), sino la represión de esta”

“Todos tenemos las mismas emociones. Sólo cambia la manera de esconderlas o dirigirlas”

La liberación del mundo emocional, junto con el cambio mental correspondiente, abre la puerta a una nueva percepción de uno mismo. Permitirse sentir las emociones, nos lleva a liberarnos de las corazas psicológicas y de los autoengaños correspondientes. El camino hacia uno mismo está abierto.

Thutam GuillamotThutam Guillamot

Qué nos impide conectar con nuestro ser trascendente

Nuestra sociedad, nuestra cultura, es una carrera sin fin que nos lleva a conseguir una cosa tras otra… Pero llega un día en que todo ser humano siente que todo este “montaje” no tiene sentido.

Los rasgos generales de nuestra cultura son:

  • Hay una escisión de nuestras áreas emocional y física, dominando la estructura mental.
  • Nuestra formación mental es marginadora. Todo aquello que no cumple la norma general es considerado como negativo para el individuo o el colectivo.

No aceptamos mentalmente todo aquello que es considerado como malo o negativo. Esto provoca una ruptura y posterior disociación de aquellos aspectos de la realidad propia que no son aceptados.

En nuestro fuero interno nos sentimos malos, culpables por no ser “absolutamente buenos”.

El llegar a ser “perfectos” y aprender a anular, dominar y/o no manifestar nuestra parte “mala” se convierte en el objetivo de nuestra formación y educación.

El resultado colectivo de este tipo de educación no ha sido llegar a la perfección, sino conseguir una “neurosis colectiva” y un proceso humano enfermo y degenerativo.

  • Nuestra conexión con el mundo espiritual ha sido anulado por el dominio de una formación mental supuestamente espiritual.

La espiritualidad es AMOR, LIBERTAD y conexión con nuestro Ser trascendente, que nada tiene que ver con la religión oficial fuente de represión, enfermedad y muerte.

“Una Vida basada en el Control y la Seguridad, no es Vida”.

 Thutam Guillamot

Thutam Guillamot

Encuentra sentido a los sucesos cotidianos

La vida nos está esperando y nos habla constantemente a través de cada suceso, de cada persona, de cada vivencia… Aprender a sentirla, a escucharla, rendirnos a ella, es el mayor gozo y el único camino a la Realización.

Nuestra educación, cultura y forma de vida nos sumerge en un estado de inconsciencia. Realizamos la mayoría de nuestras actividades diarias prácticamente sin darnos cuenta de nada, de forma rutinaria: nos levantamos, nos duchamos, conducimos, nos subimos al tren, nos enfadamos, nos enamoramos… Todas estas acciones podemos observarlas y realizarlas de forma consciente, o no. Es nuestra elección.

El acto de estar consciente, de observar, es uno de los actos más mágicos que existen en nuestra realidad. Es muy sencillo y simple, como todo lo que es auténtico.

La diferencia entre tener la consciencia en el momento presente o no es lo mismo que estar vivo o muerto, despierto o dormido, en la realidad o en la mente. Poder comprender esto, puede significar una revolución en nuestra vida.

Sin consciencia, sin observador, no hay experiencia real, nos van sucediendo cosas, mientras nuestra atención está en cualquier otro sitio mental… y, sin darnos cuenta, nos vamos perdiendo la vida.

Sólo llevando la atención, la conciencia, al momento presente, y transcendiendo nuestra identificación con la mente inferior, podemos vivir realmente la vida.

Thutam Guillamot

Hemisferios cerebrales y procesamiento de la información

El cerebro humano consta de dos hemisferios, unidos por el cuerpo calloso, que se hallan relacionados con áreas muy diversas de actividad y funcionan de modo muy diferente, aunque complementario. Podría decirse que cada hemisferio, en cierto sentido, percibe su propia realidad. Ambos utilizan modos de cognición de alto nivel. Ningún hemisferio es más importante que el otro. Para poder realizar cualquier tarea necesitamos usar los dos hemisferios, especialmente si es una tarea complicada. Lo que se busca siempre es el equilibrio.

El equilibrio se da como resultado de conciliar polaridades, y no mediante tratar de eliminar una de ellas.

Cada hemisferio cerebral tiene un estilo de procesamiento de la información que recibe: el hemisferio izquierdo analiza en el tiempo, mientras que el derecho sintetiza en el espacio.

El hemisferio izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal. Analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos. Piensa en palabras y en número, es decir, contiene la capacidad para las matemáticas, para leer y escribir. Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento convergente, obteniendo nueva información al usar datos ya disponibles, formando nuevas ideas o datos convencionalmente aceptables.

El hemisferio derecho está especializado en la percepción global, sintetizando la información que le llega. Gracias al hemisferio derecho vemos las cosas en el espacio y cómo se combinan las partes para formar el todo, entendemos las metáforas, soñamos y creamos nuevas combinaciones de ideas. Procesa la información de manera global, partiendo del todo para entender las distintas partes que lo componen. El hemisferio holístico es intuitivo en vez de lógico, piensa en imágenes, símbolos y sentimientos. Tiene capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva.

Thutam Guillamot