Cuando dejamos el cuerpo físico vamos a un plano intermedio que es la luz. En él cada uno ve las imágenes adecuadas a su propio estado de desarrollo. La persona puede estar más tiempo o menos, el tiempo que sea adecuado para volver a integrarse a uno mismo.
De la luz que es dónde se le da la información.
Nosotros, cuando no tenemos un cuerpo físico, estamos en una dimensión que se llama registro akashico. Cuando una persona conecta con el registro akashico, la computadora galáctica, toma la información, en ese registro está todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que le conviene más ser.
La persona se sincroniza consigo misma y elige una existencia adecuada para lo que le falta vivir. El objetivo es conseguir que, con cada nueva existencia, nuestra luz brille un poco más.
Todo el mundo proyecta venir para cumplir una misión, aunque no lo recuerde.
Venimos con una programación lo que ocurre es que venimos con la memoria borrada. Cuando estamos aquí tenemos sólo información de quiénes somos. Por ese motivo hay personas que nos están más afines y otras menos, pero no sabemos explicarnos por qué. Por ese motivo hay situaciones que se nos manifiestan muy duras, sufrimientos… y no entendemos por qué. Todo son pruebas que nosotros mismos hemos programado para aprender y mejorar. Aunque, puesto que existe libre albedrío, una cosa es lo que habíamos programado y otra es lo que acabamos viviendo porque puede ser más duro de lo que habíamos previsto y no lo resistimos.
Llegar a la iluminación y estar conectado con la energía central se consigue realizando buenas obras, siendo una buena persona. Cuanto más hagas más brillante será tu luz.
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