Gracias a todos los participantes y colaboradores que hicieron posible este 4º Congreso de Terapias Alternativas.
Las cerca de 300 personas que, durante toda la jornada vinieron a la Biblioteca Jaume Fuster, disfrutaron de las variadas ponencias de los profesionales en el sector de las terapias alternativas, con una calificación de notable alto.
Entrevista a Thutam Guillamot
–Escribes, impartes conferencias y talleres, y organizas congresos. Yo te considero un divulgador de la salud alternativa y del crecimiento personal. ¿Te sientes cómodo con esta etiqueta o te definirías de otra manera?
–Cuando llegas a la plena consciencia, el prisma es un poco distinto. El cuerpo es solo un vehículo para podernos manifestar. Este vehículo está formado por millones de células y cada una de ellas tiene consciencia propia. Estoy convencido de ello y sé que nuestro Dios interno –nuestra energía interna– es el que hace posible realidades como la medicina cuántica.
La medicina cuántica busca el equilibrio entre mente, espíritu y cuerpo. La mente debe estar a nuestro servicio. Si uno controla la mente y conecta con su espíritu, puede enviar una buena vibración al cuerpo –a esos millones de células con conciencia propia– y modificar cualquier tipo de dolencia. Yo simplemente me defino como una persona que tiene estas cosas claras.
–¿Consideras que el adjetivo “alternativas” hace daño a este tipo de terapias?
–Son “alternativas” respecto a lo que estamos acostumbrados aquí. Nosotros los occidentales vamos al médico cuando estamos enfermos. En cambio, los orientales van al médico cuando están sanos. No es lo mismo prevenir que curar. Los orientales saben que existen otros cuerpos además del cuerpo físico. Captan la enfermedad antes de que ésta llegue al cuerpo físico y dan soluciones. Nosotros aquí, cuando acudimos a la medicina convencional, ya tenemos la dolencia. Muchas veces nos dicen que es irreversible, pero la verdad es que siempre hay una solución. La medicina cuántica ha demostrado que, con el poder de la mente, podemos emitir una intensidad, que incluso puede curar un cáncer.
Lo de “alternativas” es solo una denominación. La medicina “alternativa” debería ser la “original”, porque antiguamente todas las tribus tenían su curandero, su sacerdote, etc. La medicina ha ido evolucionando, pero lo ha hecho al lado de los laboratorios farmacéuticos. A la industria farmacéutica le interesa que haya enfermedad para poder mantener su negocio. De manera sutil, hacen todo lo posible para que enfermemos.
–¿Qué propondrías para que las terapias alternativas gozaran de un mayor reconocimiento?
–Hay muchos países donde la medicina convencional y las terapias alternativas tienen el mismo peso. Aquí es necesario que haya un control. También se deberían considerar las plantas [medicinales] como una primera opción. Muchos medicamentos proceden de las plantas y, por tanto, es contradictorio decir que la planta no cura y la pastilla sí. Son los intereses de los laboratorios los que impiden modificar el sistema establecido. Ahora, cuando el Gobierno –muy acertadamente– ha apretado la tuerca a las farmacéuticas, se ha visto cómo ha bajado de manera significativa el precio de los medicamentos, que siempre deberían haber sido asequibles para toda la población. Antes había una libertad que permitía que los laboratorios se enriquecieran, con el consentimiento de todo el sistema.
–Ha empezado la cuenta atrás para el IV Congreso de Terapias Alternativas. En las ediciones precedentes, han asistido entre 700 y 800 personas. Esto es casi una garantía de éxito para el Congreso de 2013.
–Nunca se sabe, porque ha habido un cambio de hábitos en las personas. Siguen teniendo el mismo interés y las mismas inquietudes pero buscan, cada vez más, actividades gratuitas para el fin de semana. Esperan hasta última hora para inscribirse. Prevemos menos afluencia, del orden de 500 personas. Hemos intentado adaptarnos a las nuevas circunstancias. Asistir al I Congreso costaba 150 € por dos días, mientras que el IV Congreso vale 30 € por un solo día. Hemos organizado un congreso de una sola jornada porque a la gente le cuesta desplazarse dos días. Además hay muchas personas que necesitan y priorizan salir para conectar con la Naturaleza al menos un día del fin de semana.
–¿Qué tipo de personas asisten al Congreso?
–El 70% aproximadamente son profesionales de terapias. El 30% restante son personas que conocen un poco las terapias o han oído a hablar de ellas y sienten la necesidad de saber más. Son personas de clase media con una inquietud espiritual.
–El Congreso de Terapias Alternativas, ¿es un buen espacio para que se promocionen los terapeutas ponentes, o más bien participan por su voluntad de acercar estas disciplinas a la gente?
–El objetivo del IV Congreso es difundir nuevas tendencias en el campo de las terapias alternativas y ampliar el horizonte hacia técnicas menos conocidas. Para seleccionar las 14 ponencias, hemos tenido que hacer una criba de entre más de 50 solicitudes. Hemos intentado que el cartel sea variado y que haya un equilibrio entre las sesiones teóricas y la práctica.
–Y de estas 14 ponencias, ¿cuáles destacarías?
–Ya que el objetivo del Congreso es hablar de terapias menos conocidas, destacaría la conferencia sobre Técnica Alexander que impartirá Xavi Ortiz; a Roser Noguera, que hablará de cómo equilibrar las emociones a través del arte; o a Carolina Izquierdo y su ponencia sobre Diafreoterapia, por citar algunos ejemplos. Son muchos los especialistas de renombre y todos van a aportar su granito de arena.