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1.100 pensamientos para seguir viviendo

Del libro “1.100 pensamientos para seguir viviendo” de Thutam Guillamot comentamos las citas:

“La pasión y el apego van unidos y únicamente los separa el amor”

Lo único importante en esta existencia es tener la vibración de amor lo más elevada posible. Pero hay que saber diferenciar lo que es cariño de lo que es amor. Generalmente las personas acostumbramos a usar la palabra “mío” haciendo referencia a las personas queridas, es decir, “mi marido”, “mi hijo”, y tendríamos que entender que el concepto de amor no contempla el “mi”, sino el “este”. Deberíamos decir “este hijo” “este marido»…

Amar es dar, todo lo que no sea dar es un amor en minúscula.

 

“La inarmonía interna de cada persona queda reflejada en su tonalidad de voz”

Muchas veces escuchamos la tonalidad de voz de una persona y, ya de entrada, nos produce como una especie de rechazo. Yo aconsejo, para que uno pueda diferenciar más este hecho concreto, que cuando escuches una persona, si es posible, cierres los ojos, porque entonces es cuando más te concentras y más puedes diferenciar un tono de voz armónico de otro que no lo es. La palabra tiene mucha fuerza, y la energía que desprenden las palabras puede hacer que nos afecte de una manera muy directa.

 

“Muchos seres nacen con la misión de sensibilizar a sus semejantes sin importar un cruel sufrimiento. Recordémosles con devoción y amor.”

Cuando venimos a este mundo programamos si vamos a mejorar en este o en otro aspecto. Normalmente estamos aquí para que nuestra luz interior esté lo más potente posThutam Guillamotible, pero hay seres que, cuando están en su propio registro akásico, vienen aquí voluntarios para sensibilizar a un familiar, a un amigo, etc. Cuando dejan el cuerpo físico lo que tenemos que hacer es sentirnos felices de lo que han hecho, han venido para que nosotros entendamos el por qué estamos aquí y para qué, y nos sensibilicemos más, con lo cual les tenemos que recordar con una integridad absoluta.

Thutam Guillamot

Herramientas para cambiar tu ADN. Alicante, 28 de abril de 2012.

Todo es luz. Si partimos de la base que Dios es luz, paz y amor, y nosotros formamos parte de esta infinidad, que es la esencia de Dios manifestada, nosotros somos luz. Y hablar del lenguaje de la luz significa sincronizarnos con nuestra propia esencia.

Nosotros tenemos un cuerpo físico pero, es evidente, que además tenemos esta energía (que podemos llamar con diferentes nombres) que está conectada con la esencia del universo.

Nuestra luz es la esencia de la luz general.

Científicamente se ha demostrado que el macro de universo esta sincronizado con el micro. Las partículas más pequeñas las están comparando y están viendo que son dos mundos muy paralelos y que tienen unas circunstancias muy parecidas.

Ser luz significa poder conectar con la propia luz del universo.

Sincronizarse con la luz es tomar conciencia de aquello que somos. Porque aquí en el fondo estamos para eso, para entender. Todos los que quieren alcanzar el conocimiento tienen que ver, observar y entenderse mejor a sí mismos. El entendimiento evita sufrimiento.

Ser luz y comportarse como luz es lo más grandioso que uno puede desear.

Si potenciamos nuestra luz interior a través de nuestros propios convencimientos viviremos mejor y, en consecuencia, nuestro entorno reaccionará en consonancia.

Para profundizar en este y otros temas, acude al taller «Herramientas para cambiar tu ADN» que se celebra el dia 28 de abril en Alicante.

Thutam Guillamot

Soltar los anclajes de la vieja energía

Vivimos en una indiscutible etapa de transformación, la humanidad debe hacer un cambio de consciencia. Los valores hasta ahora dominantes ya no nos sirven, todo el sistema social está desmoronándose… Empezamos a tener la necesidad de dar un gran salto y soltar todos los anclajes que nos atan a la consciencia hasta ahora dominante. Para ello hay dos temas fundamentales:

1. EL RECONOCIMIENTO DE LA DUALIDAD: La dualidad es uno de los aprendizajes más profundos y más importantes que debemos abordar colectivamente.

En el mundo de la existencia un hecho y su contrario son ciertos. Para el mundo de nuestra percepción mental, que es nuestro medio habitual de interactuar con la realidad y filtrarla, un hecho o su contrario es cierto. Pero los dos a la vez no pueden ser, pues van en contra de toda lógica. Y aquí tenemos un problema ya que si vivimos la realidad a través del filtro de la lógica mental, no podremos percibir la realidad tal cual es.

“El origen de nuestra enfermedad es querer partir y diseccionar la realidad.”

 2. LA LIBERACIÓN DEL MUNDO EMOCIONAL: Por herencia cultural, más que vivir nuestro mundo emocional, lo que hacemos es interpretarlo y juzgarlo. Diferenciar nuestro mundo mental y emocional es para muchos una ardua tarea de autoconocimiento. La confusión de estas dos realidades (mental y emocional), provoca que sin darnos cuenta se produzca una percepción condicionada de mi “yo emocional”.

Las valoraciones de lo que es positivo y negativo con las que hemos sido educados, crean lo que se llaman una coraza psicológica que filtra y reprime lo considerado erróneo. Así dejamos de percibir como propias esas emociones “negativas”.

Vivir las emociones, dejarlas que fluyan, nos lleva a una nueva experiencia de nuestro Ser. La energía vital destinada a vivir la dualidad represor-reprimido, queda libre para poder conectar con la fuente de la creatividad.

“La enfermedad no es producto de una emoción (negativa), sino la represión de esta”

“Todos tenemos las mismas emociones. Sólo cambia la manera de esconderlas o dirigirlas”

La liberación del mundo emocional, junto con el cambio mental correspondiente, abre la puerta a una nueva percepción de uno mismo. Permitirse sentir las emociones, nos lleva a liberarnos de las corazas psicológicas y de los autoengaños correspondientes. El camino hacia uno mismo está abierto.

Thutam GuillamotThutam Guillamot

Qué nos impide conectar con nuestro ser trascendente

Nuestra sociedad, nuestra cultura, es una carrera sin fin que nos lleva a conseguir una cosa tras otra… Pero llega un día en que todo ser humano siente que todo este “montaje” no tiene sentido.

Los rasgos generales de nuestra cultura son:

  • Hay una escisión de nuestras áreas emocional y física, dominando la estructura mental.
  • Nuestra formación mental es marginadora. Todo aquello que no cumple la norma general es considerado como negativo para el individuo o el colectivo.

No aceptamos mentalmente todo aquello que es considerado como malo o negativo. Esto provoca una ruptura y posterior disociación de aquellos aspectos de la realidad propia que no son aceptados.

En nuestro fuero interno nos sentimos malos, culpables por no ser “absolutamente buenos”.

El llegar a ser “perfectos” y aprender a anular, dominar y/o no manifestar nuestra parte “mala” se convierte en el objetivo de nuestra formación y educación.

El resultado colectivo de este tipo de educación no ha sido llegar a la perfección, sino conseguir una “neurosis colectiva” y un proceso humano enfermo y degenerativo.

  • Nuestra conexión con el mundo espiritual ha sido anulado por el dominio de una formación mental supuestamente espiritual.

La espiritualidad es AMOR, LIBERTAD y conexión con nuestro Ser trascendente, que nada tiene que ver con la religión oficial fuente de represión, enfermedad y muerte.

“Una Vida basada en el Control y la Seguridad, no es Vida”.

 Thutam Guillamot

Thutam Guillamot

Encuentra sentido a los sucesos cotidianos

La vida nos está esperando y nos habla constantemente a través de cada suceso, de cada persona, de cada vivencia… Aprender a sentirla, a escucharla, rendirnos a ella, es el mayor gozo y el único camino a la Realización.

Nuestra educación, cultura y forma de vida nos sumerge en un estado de inconsciencia. Realizamos la mayoría de nuestras actividades diarias prácticamente sin darnos cuenta de nada, de forma rutinaria: nos levantamos, nos duchamos, conducimos, nos subimos al tren, nos enfadamos, nos enamoramos… Todas estas acciones podemos observarlas y realizarlas de forma consciente, o no. Es nuestra elección.

El acto de estar consciente, de observar, es uno de los actos más mágicos que existen en nuestra realidad. Es muy sencillo y simple, como todo lo que es auténtico.

La diferencia entre tener la consciencia en el momento presente o no es lo mismo que estar vivo o muerto, despierto o dormido, en la realidad o en la mente. Poder comprender esto, puede significar una revolución en nuestra vida.

Sin consciencia, sin observador, no hay experiencia real, nos van sucediendo cosas, mientras nuestra atención está en cualquier otro sitio mental… y, sin darnos cuenta, nos vamos perdiendo la vida.

Sólo llevando la atención, la conciencia, al momento presente, y transcendiendo nuestra identificación con la mente inferior, podemos vivir realmente la vida.

Thutam Guillamot